lunes, 8 de febrero de 2010

Desesperación



Sácame los ojos pequeño cuervo, deja que tu gótico plumaje abra grietas en mi piel. Ten piedad y destroza el frío cuerpo que agoniza en tu odio. No pretendas que tus colores me aterren, conozco el vacío que engendras. Tu fuerte pico anhela abrirse paso por la pútrida carne, desgarrándola, amándola. Libera mi alma de una vez y grazna guturalmente al cielo para que jamás nos volvamos a ver…