sábado, 5 de diciembre de 2009

Capítulo 5 (anticipo)


Alguien una vez me preguntó qué veía reflejado en el espejo cuando me miraba, y me sorprendí al no saber que responder. Las sombras se habían calado en mis huesos, y una masa amorfa me sustituía, el ente que me observaba no llegaba a ser ni una milésima parte de la persona que había sido.

Hoy era un día como aquel, en donde me sentía vacía, fatigada por el simple hecho de existir, la poca fuerza que tenía apenas mantenía latiendo débilmente el corazón y en un estado casi letárgico la frecuencia respiratoria. Debía levantarme, pero entre el deber y el querer existía una gran brecha que parecía infranqueable. La bipolaridad que reinaba últimamente en mi vida, si a eso se le podía llamar vida, no era agradable, felicidad nocturna y malhumor diurno, mi alma se alimentaba de irrealidad y no era saludable.

- Descubrir dones es importante, descubrir dones es importante, tengo que levantarme – repetí suavemente como queriendo creer lo que decía, pero entre lo poco que había dormido y las trémulas olas que batían en mi interior me fue imposible.

Mierda, no puedo estar cayendo nuevamente, esto no se trata solamente de mi. La decisión había sido tomada y era obvio que con ella llegaran sus repercusiones, porque no todo es caramelo en la vida. ¿Quién me creía para hacer y deshacer a mi antojo? Deslicé las sábanas a un lado y salté de la cama. Cambié mi pijama por un conjunto de gimnasia y descalza me encaminé a comenzar la búsqueda de la aguja en un pajar de incertidumbre. ¿Por dónde comenzaba?

- Buen día querida, por favor no desayunes, es importantes que estés lo más vulnerable posible para encontrar lo que buscamos -

- Hola Gabriel, pensé que estabas en la sala – respondí exaltada.

- Siento haberte asustado, no era mi intención. Si estás lista es mejor que comencemos, no tenemos mucho tiempo -

Nos sentamos en el suelo, sobre una fina manta morada y me quedé mirándola en espera de instrucciones.

- El que sepas el comienzo de esta guerra no es necesario, pero si el funcionamiento – dijo con un suspiro y luego continuó:

- El creador facultó al hombre con libre albedrío y este descubrió prontamente el pecado, que no fue más que una falta contra la verdad y la razón, negando la ley eterna, poniendo en riesgo la vida de gracia que él nos daba y amenazando con la condenación eterna. – explicó manteniendo duramente el entrecejo fruncido. Sin dejarme formular pregunta prosiguió:

- Los pecados de menor importancia eran absueltos mediante la penitencia o una constricción de corazón, pero con el correr del tiempo la maldad se hizo más poderosa y surgieron los pecados mortales que al cometerlos llega el tormento eterno en el infierno. Los demonios pervierten esperando a que la persona caiga en estos, y así en un estado de fragilidad extrema absorber el alma y la energía. Si respetaran los tratados entre el cielo y el infierno, deberían quedarse al margen, esperando las almas que San Pedro deniega el ingreso al paraíso. No comprendo como el Altísimo no actúa, es absurdo pensar que ellos acatarían las reglas, su esencia se regocija en la trampa, y nosotros debemos ponerle fin definitivamente a este ultraje. – sus palabras resonaban en mi pecho alentándome al combate, y en verdad no importaba el comienzo, sino el fin de este asunto. El que ellos eran los malos y nosotros los buenos había quedado claro, pero ¿tan legible y arbitraria era la línea que nos separaba? ¿Desde cuándo solo existían los extremos? Tal vez presintiendo la duda, ella argumentó:

- Querida, es por eso de la importancia de que pongas todo tu esfuerzo en encontrar ese regalo tan bello que el grandioso te otorgó. Día a día la situación se hace más difícil, los delitos espirituales arden en deseo y la fe en nuestro padre se está perdiendo, no se resisten a lo prohibido… a lo perverso, y hacen más difícil nuestro trabajo, que al fin y al cabo se basa en dar esperanza. Apártate de lo tangible, déjate llevar por el abrazo eterno del todopoderoso, y de esa forma rasgarás la envoltura que lo oculta, al igual que una chiquilla en su quinto cumpleaños. – No necesité nada más, deje el miedo a un lado y salté al precipicio de la ignorancia, para que un mar de amor y paz me dieran vida.

De aquel órgano tan noble brotaron haces de luz que recorrían el cuerpo y lo abrazaban suspendiéndolo en el aire. Las facciones del rostro se suavizaron y una ráfaga de aire acarició mi cabello y llevó frescura a cada punto del cuerpo que tocó. La inmensidad se formó en mi pecho, haciendo la respiración lenta y segura. Luego la necesidad de compartir la experiencia se apodero de mi voluntad y con solo desearlo un hilo dorado me unió a Gabriel. La sonrisa que se formó en sus labios fue la señal de que lo había logrado...

(continúa en cuanto lo termine de arreglar, je, je)

1 comentario:

  1. Me has dejado picada... ¿qué voy a hacer ahora mientras espero que me cuentes lo que sigue? Mmm... ni modo mi mantra será: Paciencia...

    Ya estoy empezando a respirar profundamente para alcanzar un estado de tranquilidad... no lo consigo... no lo consigo... no lo consigo!!!!

    Necesito saber lo que sigue...

    Besitos

    Yrex


    P.D. No tardes tanto o me quedaré sin uñas eh!

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