jueves, 24 de diciembre de 2009


Chicas muchas gracias por el apoyo que me dieron este año, este premio es para todas ustedes: leO, Queen, Yrex, Creep, ella, Jade, Jenn, Lullaby, Lara... y todas las que aunque no dejan comentarios me leen. Besote gigante!!!!

viernes, 11 de diciembre de 2009

Capítulo 5 (completo!!!!)


Alguien una vez me preguntó qué veía reflejado en el espejo cuando me miraba, y me sorprendí al no saber que responder. Las sombras se habían calado en mis huesos, y una masa amorfa me sustituía, el ente que me observaba no llegaba a ser ni una milésima parte de la persona que había sido.
Hoy era un día como aquel, en donde me sentía vacía, fatigada por el simple hecho de existir, la poca fuerza que tenía apenas mantenía latiendo débilmente el corazón y en un estado casi letárgico la frecuencia respiratoria. Debía levantarme, pero entre el deber y el querer existía una gran brecha que parecía infranqueable. La bipolaridad que reinaba últimamente en mi vida, si a eso se le podía llamar vida, no era agradable, felicidad nocturna y malhumor diurno, mi alma se alimentaba de irrealidad y no era saludable.
- Descubrir dones es importante, descubrir dones es importante, tengo que levantarme – repetí suavemente como queriendo creer lo que decía, pero entre lo poco que había dormido y las trémulas olas que batían en mi interior me fue imposible.
Mierda, no puedo estar cayendo nuevamente, esto no se trata solamente de mi. La decisión había sido tomada y era obvio que con ella llegaran sus repercusiones, porque no todo es caramelo en la vida. ¿Quién me creía para hacer y deshacer a mi antojo? Deslicé las sábanas a un lado y salté de la cama. Cambié mi pijama por un conjunto de gimnasia y descalza me encaminé a comenzar la búsqueda de la aguja en un pajar de incertidumbre. ¿Por dónde empezaba?
- Buen día querida, por favor no desayunes, es importantes que estés lo más vulnerable posible para encontrar lo que buscamos -
- Hola Gabriel, pensé que estabas en la sala – respondí exaltada.
- Siento haberte asustado, no era mi intención. Si estás lista es mejor que comencemos, no tenemos mucho tiempo -
Nos sentamos en el suelo, sobre una fina manta morada y me quedé mirándola en espera de instrucciones.
- El que sepas el comienzo de esta guerra no es necesario, pero si el funcionamiento – dijo con un suspiro y luego continuó:
- El creador facultó al hombre con libre albedrío y este descubrió prontamente el pecado, que no fue más que una falta contra la verdad y la razón, negando la ley eterna, poniendo en riesgo la vida de gracia que él nos daba y amenazando con la condenación eterna. – explicó manteniendo duramente el entrecejo fruncido. Sin dejarme formular pregunta prosiguió:
- Los pecados de menor importancia eran absueltos mediante la penitencia o una constricción de corazón, pero con el correr del tiempo la maldad se hizo más poderosa y surgieron los pecados mortales que al cometerlos llega el tormento eterno en el infierno. Los demonios pervierten esperando a que la persona caiga en estos, y así en un estado de fragilidad extrema absorber el alma y la energía. Si respetaran los tratados entre el cielo y el infierno, deberían quedarse al margen, esperando las almas que San Pedro deniega el ingreso al paraíso. No comprendo como el Altísimo no actúa, es absurdo pensar que ellos acatarían las reglas, su esencia se regocija en la trampa, y nosotros debemos ponerle fin definitivamente a este ultraje. – sus palabras resonaban en mi pecho alentándome al combate, y en verdad no importaba el comienzo, sino el fin de este asunto. El que ellos eran los malos y nosotros los buenos había quedado claro, pero ¿tan legible y arbitraria era la línea que nos separaba? ¿Desde cuándo solo existían los extremos? Tal vez presintiendo la duda, ella argumentó:
- Querida, es por eso de la importancia de que pongas todo tu esfuerzo en encontrar ese regalo tan bello que el grandioso te otorgó. Día a día la situación se hace más difícil, los delitos espirituales arden en deseo y la fe en nuestro padre se está perdiendo, no se resisten a lo prohibido… a lo perverso, y hacen más difícil nuestro trabajo, que al fin y al cabo se basa en dar esperanza. Apártate de lo tangible, déjate llevar por el abrazo eterno del todopoderoso, y de esa forma rasgarás la envoltura que lo oculta, al igual que una chiquilla en su quinto cumpleaños. – No necesité nada más, deje el miedo a un lado y salté al precipicio de la ignorancia, para que un mar de amor y paz me dieran vida.
De aquel órgano tan noble brotaron haces de luz que recorrían el cuerpo y lo abrazaban suspendiéndolo en el aire. Las facciones del rostro se suavizaron y una ráfaga de aire acarició mi cabello y llevó frescura a cada punto del cuerpo que tocó. La inmensidad se formó en mi pecho, haciendo la respiración lenta y segura. Luego la necesidad de compartir la experiencia se apodero de mi voluntad y con solo desearlo un hilo dorado me unió a Gabriel. La sonrisa que se formó en sus labios fue la señal de que lo había logrado.
Por ser la primera vez había quedado exhausta, y no para menos, según Gabriel había llevado casi al extremo mis energías. Debía continuar practicando, tenia la sensación de que la adversidad se haría presente antes de lo pensado. Las horas habían pasado y ya casi debía estar en el instituto. Tome los libros y abrí el refrigerador buscando sobras de la noche anterior para saciar mi voraz apetito. Dios, obligaciones, aunque estoy cansada, Gabriel había dicho que debía ir a clases, porque era bueno que tenga un poco de normalidad en mi vida, ¿normalidad? ¿Se refiere a la distribución de probabilidad de variable continua que aparece en los fenómenos reales? Ok algo me había quedado de lo visto en el instituto, pero igual no creo que haya en estos momentos normalidad alguna. Mientras mordisqueaba los bordes de un trozo de pizza, recordé que no había estudiado en lo absoluto. Espero que la videncia no sea otro don, porque lo único que vislumbraba en mi futuro cercano era la cara que iba a poner cuando me entregaran un examen sorpresa.
Desde el inicio del día todos parecían desaparecidos, y ahora ¿quién me llevaría al colegio? Esa fue una pregunta un tanto infantil e innecesaria, porque ya sabía la respuesta: nadie, mejor me apuraba o llegaría tarde.
En contra de los pronósticos, las clases no solo fueron agradables, sino que me infundieron ganas de estudiar, y aunque la noche era dueña del cielo, deje de lado el buen juicio y decidí quedarme en la biblioteca a volver a la casona. Era la primera vez que iba alli, pero no fue tan difícil encontrarla, carteles por toda la institución anunciaban su ubicación como incitando a los alumnos a que acudan a ella. Era simple al igual que el resto del lugar. Unas pocas mesas en el centro estaban ocupadas. Elegí sentarme cerca de una ventana, la tranquilidad de la noche siempre me inspiraba. Varias láminas de cuadros famosos colgaban enmarcadas en las paredes. Hombres dispersos en lección de anatomía, campos de dorados girasoles, una sonrisa que no lo era, la noche estrellada, el beso eterno, la última cena, el tiempo que se escurría. Ante todo el despliegue de talento un cuadro llamó mi atención, el artista no era conocido, pero la escena plasmada en el trozo de lienzo si lo era. Un arcángel de blancas alas y armadura romana mantenía sobre el suelo aprisionado a un demonio semidesnudo, con intención de blandirle la espada en su espalda. La conversación que había tenido con Gabriel me golpeó duramente, yo no iba a matar a nadie, pero tampoco podía dejarlos que continuaran con su malévolo jueguito, debía encontrar solución a este problema o estaría perdida.
La brillante moneda de oro blanco que iluminaba la noche, me alertó de la hora, debía apresurarme o de lo contrario me perdería la cena. Ágilmente comencé a bajar las escaleras saltando de a dos los escalones, y un tanto agitada empuje la puerta. A unos pocos metros de donde me encontraba, estaba aparcado aquel auto negro que el día anterior casi atropella. ¿Estaría él aquí? ¿Si me viera me reconocería? La ansiedad por saber de él me carcomía. El golpe que hizo al cerrarse la puerta del automóvil me hizo volver a la realidad. Solo recordar mis sueños me derretía, pero verlo parado en carne y hueso era inexplicable, una sola palabra podía definirlo: majestuoso.
Aunque en las fantasías nocturnas me petrificaba, ahora era diferente, sentía su energía merodeando cerca de mi cuerpo, sobrevolándolo como un ave rapaz, provocándome, probándome cuan fuerte era al resistirme a su encanto.
Por el ángulo más alejado de mi visión capté una pelirroja que se acercaba contorneando morbosamente las caderas incitando al sexo a cualquiera que la viera e infundiendo terror al mismo tiempo. Paso por mi lado como si no existiera, golpeándome en el hombro, y haciendo que pierda el equilibrio. No solo que caí al suelo, sino que rasgué el pantalón en la rodilla con el único trozo de vidrio que había en los cien metros de acera.
Levanté la vista del suelo para incriminar a esa perra, tratando de culparla por mi suerte, pero las palabras se disolvieron al igual que todo a mí alrededor. Ella se enroscaba tal una víbora, rozando sensualmente las partes de su amante, envolviéndolo, excitándolo. Pero él no era mejor, la posicionó para que me diera la espalda, y comenzó a recorrerla con lujuriosos besos, mientras que su mirada se mantenía fija en mí. ¿No les daba vergüenza montar aquel numerito en la vía pública? ¿Qué significaba ese gesto arrogante? Desconocía la intención, pero el enojo que se había formado en mi interior no tenía precedentes. Los segundos parecían horas, todo se hacía tan lento… a pesar de eso me puse de pié y comencé con mucho esfuerzo el camino a casa.
Como Alegra y León no estaban, la cena fue austera y aburrida. Gabriel para cortar el silencio comentó el descubrimiento de mi don, pero Mercia respondió indiferentemente. ¿Qué le sucedía a esa chica? Supongo que no teníamos feeling. Luego de retirar los platos de la mesa, lavé la vajilla y me marché al dormitorio. Realmente necesitaba un poco de privacidad. Tanto tiempo había estado en soledad, que me resultaba extraño y hasta a veces asfixiante el estar constantemente con personas.
El contacto de las blancas sábanas, me llevaron inevitablemente a pensar en Abiel, en su misterio, en la oscuridad, en lo real que parecía a la luz de la luna, no obstante todo su ser como lo conocía se esfumaba con el alba. Frente a tantas incógnitas algo era seguro, el nocturno nos unía, nos llamaba al encuentro, y era lo que necesitaba esta noche.
Un azul marino tan oscuro que se confundía con negro, dominaba el cielo. Busque a la luna en aquella inmensidad, pero no estaba. Me conformaba con una sutil estrella que iluminara el camino, pero tampoco. Sin la luz, la oscuridad reinaba y no me permitía distinguir nada a mi alrededor. La visión era innecesaria, solo representaba un buen recuerdo.
Había depositado tanta confianza en ese sentido que ahora me sentía indefensa. Lo que me rodeaba se movía a mi alrededor en un baile frenético y terrorífico intentando tocarme, hacerme suya, suspirando en mi oído.
Rodee las piernas con los brazos escondiendo la cabeza entre ellos, tratando de que todo vuelva a ser como antes. Dios no me dejaría sola, necesitaba paz y seguridad. Invoqué a mi don mentalmente haciendo que cada músculo experimentara la relajación de sus fibras y los órganos se llenaran de amor. Batí los brazos en el aire agradeciendo por la vida y luego los llevé a la tierra para que el tacto despertara y me dijera en donde me encontraba.
Las minúsculas papilas táctiles rozaron la suave y flexible gramilla absorbiendo su naturaleza. Lo desconocido captó mi atención, no era nada de lo que hubiera palpado antes, lo liso fue aterciopelado y a la vez esférico. La curiosidad dejó a la búsqueda de la seguridad en segundo plano y múltiples preguntas se formaron en segundos: ¿Sería resistente a la presión? Pero ¿y si era tan friable que al presionarlo desaparecía? Era demasiado tentador…
Al rozar la nariz con la punta de los dedos, notas dulces activaron el olfato, un toque de acidez hizo disminuir la sensación y eso acrecentó la liberación de lubricante en la boca. Era como si el gusto rogara por probar aquel fruto salvaje. En el preciso momento en que la pequeña esfera se unió a mis carnosos labios, calidez y humedad se expandió por todo mi cuerpo de la misma forma como lo haría la grácil electricidad. Una abertura se fue creando entre ellos, haciendo que el fruto cayera sobre la ansiosa lengua dispuesta a saborearlo. Corroboró lo que el olfato había detectado, pero no era suficiente, quería más, sabía que el interior era aún más delicioso. Cuando los dientes suavemente agrietaron el fruto, un espeso zumo escapó de su interior haciendo que los receptores de acidez se regocijaran con aquel manjar. El fuerte músculo se movió ágilmente queriendo adueñarse de la sensación, pero era tiempo de que continúe su viaje y la garganta descubra lo prohibido. Los sentidos ardían por saber de él, luego de mucho tiempo habían despertado captando lo que a cualquier humano le sería indiferente.
Aunque la visión estaba en vano, las pupilas se dilataron, y el corazón comenzó a contraerse y relajarse rápidamente llevando vital alimento a todos los músculos. Estos se posesionaron en forma defensiva, preparando todo para una cercana huída. Cuando el peligro se hizo conciente, supe que alguien me acechaba, pero no aquí, sino lejos; a un cuerpo, que aunque me pertenecía, no era este, sino uno que yacía tendido en una cama relajado todavía por aquel manjar de los dioses. Traté con todas mis fuerzas volver a él, pero no lo encontraba y eso hacía que la desesperación creciera. Un lazo dorado brillaba a lo lejos, llamándome a que lo siga, y así lo hice, cayendo en el sin fin de oscuridad que tantas veces había transitado.
La familiaridad se hizo presente, pero el peligro había desaparecido. ¿Todos mis sueños en algún momento se iban a transformar en pesadillas? Porque últimamente así era.
Cambié de posición en la cama haciendo que la suavidad acariciara mi oído descargando cosquillas. Abrí los ojos de par en par y allí estaba, reposando sobre la almohada una perfecta orquídea tan oscura como el petróleo con pintas rojas casi indistinguibles. Algo en ella era espeluznante, ese algo que la caracterizaba parecía no poder ser captado por los sentidos. Mi mente la contempló descubriendo cada uno de sus detalles hasta llegar a las pintas rojo borgoña que se movían lentamente con el cambio de posición, como desprendiendo vida, ¿magia? Claro que no, era sangre y no precisamente mía...

lunes, 7 de diciembre de 2009

Premios olvidados

Chicas antes que todo les pido disculpas por tardarme tanto en subir los premios!!
Si, ahora vienen los pecados que aunque me dan un poco de pudor los subo igual, je, je




Reglas:1-Agradecer al blog que te lo dio: GRACIAS LEOOOOOO!! (black space) e YREXXXX! (Un amor marcado por el destino!!)

2-Confesad:¿Qué despierta tu ira en el dormitorio (o en la cocina, o en el ascensor, o en la ducha, jajaja)? mmm porque siempre estas preguntas :P

3- Como se trata del último de los Pecados de SokAly, se lo podéis dar a quien queráis, pero eso sí, sólo a los blogs que despiertan vuestra ira de lo buenos que son.
Este premio va para.... Queen, Jenn, Gabriela.


Este premio viene de la mano del FORO Vampire´s Awards las invito a todas a que lo conozcan (igual a todos los blogs que aparecen en el mio), hay literatura vampírica, animé, manga, etc...
y se lo regalo a YREX que se lo merece!

PREMIO GLITTER ROSE: Gracias Miss Erotika (ok YREX), y este premio es para: Queen, Jenn, Jade, Gabriela, Creep

PREMIO FORTUNA
1- Agradece a la persona que te ha otorgado el premio: por siempre gracias querida YREXX
2- Di algo que para ti tenga un valor incalculable: el AMOR y la VIDA tbn pero no quería copiarte :P
3- este premio es para: Jenn, Jade, Gabriela, Lara, leO, Choony, Kiara.

PREMIO SWEET BLOGGER


-Darle las gracias a quien te lo ha otorgado: Abrazo gigante Yrex
2º-¿Que cosas son las que más te gustan/te encantan o te enamoran de un blog? el contenido, pero la estética es un coadyudante.
-Otorgar este premio a tus dulces amigos bloggeros/a los blogs que más te gustan
leO, Jenn, Jade, Queen.

PREMIO NINFA DE LOS ELEMENTOS
1- agradecer a quien le entregó el premio: YEXX muchas gracias por apoyarme!
2- ¿cuál es tu elemento favorito? creo que lo bello se encuentra en la conjunción de todos ellos.
3- ¿cuál de las siguientes opciones eligirías y por qué?
a) poder volar
b)poder respirar bajo el agua
c)tener el control sobre el fuego
d)poder controlar la tierra
mmm creo que la tierra es una buena opción y el poder delizarme en el aire tbn, pero sería mejor levitar, je, je
4- Si fueras una ninfa ¿cómo te gustaría llamarte? NocturnE, ya lo elegí
5- A quién le entregas el premio: Regalito para Lara, Jade, leO, Ella, Michelle, Queen, Creep, Kiara!

PREMIO BLOG DELICIOSO


Gracias Yrex por este rico premio, mmm chocolate, ja, ja
Y este premio es para: leO, Choony, lullaby.

PREMIO CAPITAL: AVARICIA
Reglas:
1º- Agradecer al blog que te lo dio: Yrex (me estás mal acostumbrando con tantos premios, je, je)

2º- Confesad:
Dar por sentado que sois avariciosas y podéis elegir a 3 hombres que serían sólo para vosotras, ¿a quienes elegiríais? Patch, Dimitri B., Ethan Peck
3º-Esta vez, se lo podéis dar a 6 blogs a los que consideres que son una avaricia de buena lectura y buenos libros para leer: Queen, Jenn, leO, Choony, Kiara, Gabriela.

sábado, 5 de diciembre de 2009

Capítulo 5 (anticipo)


Alguien una vez me preguntó qué veía reflejado en el espejo cuando me miraba, y me sorprendí al no saber que responder. Las sombras se habían calado en mis huesos, y una masa amorfa me sustituía, el ente que me observaba no llegaba a ser ni una milésima parte de la persona que había sido.

Hoy era un día como aquel, en donde me sentía vacía, fatigada por el simple hecho de existir, la poca fuerza que tenía apenas mantenía latiendo débilmente el corazón y en un estado casi letárgico la frecuencia respiratoria. Debía levantarme, pero entre el deber y el querer existía una gran brecha que parecía infranqueable. La bipolaridad que reinaba últimamente en mi vida, si a eso se le podía llamar vida, no era agradable, felicidad nocturna y malhumor diurno, mi alma se alimentaba de irrealidad y no era saludable.

- Descubrir dones es importante, descubrir dones es importante, tengo que levantarme – repetí suavemente como queriendo creer lo que decía, pero entre lo poco que había dormido y las trémulas olas que batían en mi interior me fue imposible.

Mierda, no puedo estar cayendo nuevamente, esto no se trata solamente de mi. La decisión había sido tomada y era obvio que con ella llegaran sus repercusiones, porque no todo es caramelo en la vida. ¿Quién me creía para hacer y deshacer a mi antojo? Deslicé las sábanas a un lado y salté de la cama. Cambié mi pijama por un conjunto de gimnasia y descalza me encaminé a comenzar la búsqueda de la aguja en un pajar de incertidumbre. ¿Por dónde comenzaba?

- Buen día querida, por favor no desayunes, es importantes que estés lo más vulnerable posible para encontrar lo que buscamos -

- Hola Gabriel, pensé que estabas en la sala – respondí exaltada.

- Siento haberte asustado, no era mi intención. Si estás lista es mejor que comencemos, no tenemos mucho tiempo -

Nos sentamos en el suelo, sobre una fina manta morada y me quedé mirándola en espera de instrucciones.

- El que sepas el comienzo de esta guerra no es necesario, pero si el funcionamiento – dijo con un suspiro y luego continuó:

- El creador facultó al hombre con libre albedrío y este descubrió prontamente el pecado, que no fue más que una falta contra la verdad y la razón, negando la ley eterna, poniendo en riesgo la vida de gracia que él nos daba y amenazando con la condenación eterna. – explicó manteniendo duramente el entrecejo fruncido. Sin dejarme formular pregunta prosiguió:

- Los pecados de menor importancia eran absueltos mediante la penitencia o una constricción de corazón, pero con el correr del tiempo la maldad se hizo más poderosa y surgieron los pecados mortales que al cometerlos llega el tormento eterno en el infierno. Los demonios pervierten esperando a que la persona caiga en estos, y así en un estado de fragilidad extrema absorber el alma y la energía. Si respetaran los tratados entre el cielo y el infierno, deberían quedarse al margen, esperando las almas que San Pedro deniega el ingreso al paraíso. No comprendo como el Altísimo no actúa, es absurdo pensar que ellos acatarían las reglas, su esencia se regocija en la trampa, y nosotros debemos ponerle fin definitivamente a este ultraje. – sus palabras resonaban en mi pecho alentándome al combate, y en verdad no importaba el comienzo, sino el fin de este asunto. El que ellos eran los malos y nosotros los buenos había quedado claro, pero ¿tan legible y arbitraria era la línea que nos separaba? ¿Desde cuándo solo existían los extremos? Tal vez presintiendo la duda, ella argumentó:

- Querida, es por eso de la importancia de que pongas todo tu esfuerzo en encontrar ese regalo tan bello que el grandioso te otorgó. Día a día la situación se hace más difícil, los delitos espirituales arden en deseo y la fe en nuestro padre se está perdiendo, no se resisten a lo prohibido… a lo perverso, y hacen más difícil nuestro trabajo, que al fin y al cabo se basa en dar esperanza. Apártate de lo tangible, déjate llevar por el abrazo eterno del todopoderoso, y de esa forma rasgarás la envoltura que lo oculta, al igual que una chiquilla en su quinto cumpleaños. – No necesité nada más, deje el miedo a un lado y salté al precipicio de la ignorancia, para que un mar de amor y paz me dieran vida.

De aquel órgano tan noble brotaron haces de luz que recorrían el cuerpo y lo abrazaban suspendiéndolo en el aire. Las facciones del rostro se suavizaron y una ráfaga de aire acarició mi cabello y llevó frescura a cada punto del cuerpo que tocó. La inmensidad se formó en mi pecho, haciendo la respiración lenta y segura. Luego la necesidad de compartir la experiencia se apodero de mi voluntad y con solo desearlo un hilo dorado me unió a Gabriel. La sonrisa que se formó en sus labios fue la señal de que lo había logrado...

(continúa en cuanto lo termine de arreglar, je, je)

miércoles, 14 de octubre de 2009

Capítulo 4


Comencé a caminar lentamente, ya que mis pies parecían encontrarse atrapados en algún tipo de cemento, lo que hizo que tardara mucho tiempo en poder recorrer la poca distancia que me separaba de mi nuevo hogar.

El automóvil se encontraba más allá del alcance de mi visión, pero yo continuaba ensimismada en la verborragia de pensamientos que la situación había desencadenado. ¿Quién era ese misterioso hombre que se entrañaba en mis sueños? ¿o era yo intrusa en su descanso? Comprendo que es poco factible soñar reiteradas veces con una persona desconocida, pero ¿y si no es un sueño y es una premonición? Y aquí la pregunta sería ¿premonición de qué? Porque al fin y al cabo, no sucedía nada. ¿Será que es mi don desconocido? Y si es así ¿por qué él y no otro? Debía detenerme, no conseguiría nada dando vueltas por el infinito.

Estando ya en el umbral de la casa, decidí dejar mis pertenencias a un lado y recostarme en la suave y fresca hierba. Cerré los ojos, como queriendo desprenderme del mundo. Una dieta de pensamientos no me vendría nada mal, pero como de costumbre me resultó imposible, un tinte de tristeza empañó el encanto de la noche y los recuerdos de mi antigua vida acudieron precipitadamente. Maldito Cronos que permitiste que el tiempo me roce, hubiera preferido quedarme en mis años de niña, donde la felicidad era mi alimento, aunque debo reconocer que no sería justo para el destino tener que deshacer la intrincada trama de mi vida.

El pasto que me rodeaba crujió cuando alguien se recostó a mi lado. ¿quién sería mi inoportuna compañía? Al abrir los ojos, encontré a León que me contemplaba con expresión dubitativa, seguramente se debatía entre considerarme una desquiciada o una antisocial por estar allí tendida. Mientras me rodeaba con el brazo y me acercaba hacia él, dijo:

- Es difícil, pero te vas a poder recuperar, yo te voy a cuidar – no es común pero por el tono en que se expresó, se notaba que sabía de lo que estaba hablando. Qué egoísta había sido, sólo había pensado en mí y nunca se me había ocurrido que tal vez los demás me necesitaban. Comprenderlo me hizo sentir una basura.

- Lo sé, pero en este momento siento que estoy perdida - expresé de forma entrecortada.

- No se si te sirva, pero ninguno de los que estamos llegamos con una sonrisa en los labios, ¿o cómo crees que obtuvimos la bendición del todopoderoso? - dijo con su habitual sonrisa que denotaba tristeza, y lograba que quisiera con todo mi ser absorber totalmente su angustia.

- La verdad es que no me había puesto a pensar al respecto, en general tengo buenos sentimientos y no suelo ser tan egoísta - ¿por qué cuando uno tiene problemas, parece que fueran los más difíciles de resolver y supone que nadie en el mundo sabe lo que es pasar por una situación así? Luego surgen las comparaciones que aumentan aún más el tormento, ¿cómo me puedo poner de esta manera por algo de mínima importancia siendo que otras personas tienen problemas realmente alarmantes? Pero lo importante es que después de años de pesar había aprendido que tanto las comparaciones como sobredimensionar los problemas es malo, me llevan al fondo del lago para que las algas y el pútrido fango me atrapen y no pueda salir a flote. ¡Ahora sí!, si quería cambiar, debía concluir la reflexión que había brotado al darme cuenta lo poca persona que era y volver a la realidad.

- ¿Por qué nos eligió a nosotros y no a otros? - fue la pregunta que resonó a través de mi boca y mi mente no pudo parar.

- Él no nos eligió, nosotros fuimos los que lo elegimos – afirmó con seguridad, y luego continuó diciendo.

- Existe un mal juego en donde el premio es el alma. Cuando te encontrás en una situación límite, el ser supremo te deja optar entre el bien y el mal, entre el amor o el odio, entre seguirlo a él o dejarte llevar por el príncipe de las tinieblas y si en vez de optar por lo oscuro le pides su ayuda y le entregas tu vida, él valora tu alma y te rescata volviéndote un guardián - Ok, eso resultó muy revelador, pero recordaba ciertas palabras de aquella noche que me hacían pensar que algo más había contribuido a mi actual situación.

- Gracias por tratar de aliviarme – es descortés cambiar tan abruptamente de tema y sobretodo cuando él trataba que me sintiera mejor. Mi estado de ánimo había mejorado y la seguridad que me transmitían sus palabras era inexplicable, estando con él podía afrontar cualquier cosa, era intocable, fuerte… mmm fuerte, ¡eso era! Una teoría se formo en mi mente: aunque en ciertas circunstancias León podía canalizar su don, la mayoría del tiempo la fuerza era incontrolable y se desbordaba y lo mismo pasaba con Alegra.

- No fue nada pequeña, y ¿qué dices si entramos a la casa? Porque ya es hora de la cena y el estómago me hace ruidos – Si bien me encantaba cómo sus castaños ojos brillaban en la oscuridad, no dejaría de lado que me había llamado nuevamente pequeña, ¿cuándo entenderá este hombre que sólo me lleva unos pocos años? ¡soy una mujer, no una niña!.

Nos pusimos de pié, recogí mis pertenencias y al entrar nos dirigimos al comedor en donde los demás integrantes de esta “familia poco convencional” nos esperaban sentados.

- Evan, León ¿se puede saber en dónde se habían metido? Los estábamos esperando – expresó Alegra como lo haría una madre a sus hijos. Sin esfuerzo emergió en mi mente la imagen de nuestros cuerpos bajo las estrellas haciendo encender mi rostro. ¿Desde cuándo permitía que alguien que apenas conocía tuviera contacto físico conmigo? Pero con León era distinto, lo sentía como ese amigo que no te da lo que quieres sino lo que necesitas.

- Lo importante es que llegamos a tiempo, y deja de refunfuñar que pareces el gnomo gruñón de Blancanieves dijo León haciendo que las risas estallaran en la sala. Qué ocurrencia, Alegra el gnomo gruñón. Poco duró el jolgorio cuando Gab hizo señas para que el silencio se abriera paso.

Según lo que atisbé, la cena era un momento de encuentro. Comenzaba silenciosa denotando el cansancio de los comensales hasta que alguien rompía el hielo y se impregnaba de comunicación.

Mientras recogíamos la vajilla Gabriel comenzó a dar indicaciones:

- Mañana Evan, vamos a comenzar con el entrenamiento, y pronto tendremos que reestructurar los grupos y días de salvataje. Esta noche por ser miércoles salgo yo, mañana León y Alegra y el viernes Mercia y Evan. El fin de semana ya veremos. Y no me pidan cambios de pareja porque no los voy a conceder – al pronunciar la última frase dirigió su mirada a León y Alegra. Luego continuó:

- Espero que tengan dulces sueños, el viaje me dejó fatigada por lo que me voy a descansar -

- Okay chicos saquen esas caras melodramáticas que les saldrán arrugas. Gabriel tendrá motivos para ponerlos juntos, son grandes y es hora de que sepan comportarse. Además esto no es amiguismo ténganlo bien claro, es un trabajo – Aunque Mercia no hablaba mucho, y en general la encontraba distante, esta vez fue firme y no dejó pié para que nadie contraatacara. El clima estaba un tanto tenso por lo que me despedí de ellos sólo con un vaivén de mano.

La noche ya me había alcanzado y mi incomprensible sueño no se haría esperar. No terminé de cerrar los ojos que ya podía sentir el aroma a madreselva que me penetraba, induciendo al olfato a vibrar de frescura, las peculiares mariposas azules rozaban mi piel desnuda tan delicadamente que parecían ligeras caricias, y la calidez que se percibía era tan… ¿había dicho piel desnuda? No podía ser, ¿dónde se encontraba mi ropa? Con un rápido giro recorrí el perímetro, pero no había nada que pudiera usar para cubrirme.

Denoté que a lo lejos una molécula era estimulada y en respuesta a la energía que le sobraba, excitó a sus hermanas para que se convirtieran en ondas y viajaran rápidamente a mi oído. Las ondas fueron movimiento, y el movimiento se hizo impulso haciendo conciente la presencia del dulce nocturno. Sólo un segundo fue necesario para darme cuenta que si mis suposiciones eran correctas, no estaba sola, él estaba cerca. ¿Qué haría? Sólo con el hecho de imaginar que él me viera tan salvaje me ruborizaba. No lo podía permitir. Enfoqué nuevamente mis sentidos en la melodía, y mientras rogaba a Dios que no existiera viento que desviara las ondas de su camino, distinguí de dónde provenían, e inmediatamente me eché a correr en dirección contraria. Tal era la velocidad en la que me deslizaba que las flores bajo mis descalzos pies no se percataron de mi paso, y se mantuvieron tan erectas como estaban. Debía encontrar pronto un destino, no podía pasar toda la noche corriendo a ninguna parte, mi blanca piel delataba la ubicación al brillar de una manera descomunal cuando los rayos luminosos de la luna incidían sobre ella. Recordé la presencia de aquel viejo árbol en dónde lo había visto por primera vez, si seguía por la misma dirección indudablemente me toparía con él.

Al igual que lo hacen los vientos cálidos y fríos en la formación de un tornado, sentimientos contradictorios se arremolinaban en mi interior. Por un lado me avergonzaba mi atrevido cuerpo y por el otro adoraba cada segundo que pasaba sintiendo la forma en que la brisa rozaba mi desnudez haciéndome libre. El fin se acercaba, mi refugio estaba cerca. Rodee el árbol sentándome en una de sus gruesas raíces, esperando a que el silencio retornara a la noche, pero sin duda eso nunca llego, el nocturno se hizo más cercano. Nuestro encuentro era inevitable.

- Sé que estás ahí, ¿por qué te escondes? – dijo con incertidumbre.

- Ni se te ocurra voltear a verme, ¡cierra los ojos! – Si, estaba desesperada, ¿acaso estaría también él pasando por mi misma situación?, tenía que averiguarlo, pero el voyeurismo no era lo mío, por lo que continué:

- ¿Estás vestido? – Bueno fue una forma sutil de delatarme.

- ¿Asi que la princesita está en un mal sueño? Diría que en uno en donde la moda no está a su disposición sugirió mientras reía suavemente. Ya lo había adivinado, ¿sería que el pervertido me había visto? Mi concentración se vio interrumpida por la caída de una camisa a unos centímetros de donde me encontraba. Rápidamente la tomé, y metí los brazos en las mangas, rogando que fuese lo suficientemente larga como para que tape mis partes íntimas. Luego de verificar que todo estuviese en su lugar, y con un suspiro me reprendí por haber pensado en él como una persona arrogante y despreciable.

- Gracias – le dije mirándolo a los ojos y ruborizándome al mismo tiempo. Últimamente los delgados vasos sanguíneos de mi rostro estaban continuamente dilatados, tiñendo las mejillas de un sutil color rojizo.

La perplejidad sobrevivo en cuanto dirigí mi visión al perfecto torso desnudo del dueño de la camisa. ¡ohh mi Dios! ¿Qué me sucedía? Hasta las pequeñas cicatrices de su pecho me parecían excitantes.

- De nada, igual creo que te queda mucho más linda de lo que me quedaba a mí, podes conservarla – señaló mientras escaneaba lentamente mi cuerpo, al igual que lo hace un aparato de rayos x. Sin dudas estaba coqueteando y siendo sincera no estaba acostumbrada a situaciones como esta, por lo que no supe que responder y quedamos en silencio.

Con el mismo cuidado que tiene un cazador durante el primer contacto con su presa, sin desconectar nuestras miradas y a paso lento y agraciado fue acercándose a donde me encontraba. ¿Pero sería tocada por el mismo sombrío desenlace que depara a la presa? ¿o es el ingenuo animal el que se aproxima a su trampa? Indefectiblemente ese hombre me hacía desvariar. Cuanto más se acercaba, más se intensificaban mis sentidos. Esta noche a su aroma habitual se le habían sumado notas picantes que le daban fogosidad, supongo que era pimienta. Arrastró dulcemente sus delicados dedos en mi espeso y largo cabello, tratando de liberar las pequeñas hojas que se habían enmarañado en él. Sólo fue necesario el roce de su piel bajando por mis hombros, para que el corazón saltara y mis manos se cubrieran de sudor.

- Mi nombre es Abiel ¿y el de la princesa cuál es? – mmm Abiel, raro pero lindo.

- Soy Evannnnnnnnnnnn… - la oscuridad me arrancó de sus brazos, giraba en el triste vacío como las noches anteriores. Era incomprensible, el fin del sueño siempre llegaba cuando nos separábamos, pero hoy estábamos juntos, demasiado juntos.

- Evan ¿estás bien? Evan – preguntó Alegra con preocupación.

- ¿mmm? ¿qué pasa? – no entendía nada, ¿por qué me despertaba?

- ¿Tenías una pesadilla? Si te hubieras visto, estabas como nerviosa, toda sudada – dijo mirándome fijamente esperando una respuesta. Si supiera cual fue el verdadero motivo que me llevó a ese estado no estaría tan intranquila.

- Solo fue un extraño sueño -

- Entonces declaro ¡Noche para develar el significado de tu sueño! – definitivamente Al estaba loca, todavía no amanecía y sin embargo ella estaba radiante y entusiasmada. Y sin permitir que me negara continuó:

- Trata de acordarte objetos o situaciones. Aunque no lo veamos en forma integral quien dice que lleguemos a buen puerto –

- Ok, había un árbol y… yo estaba desnuda – Las dos comenzamos a reír. ¿Por qué pasaba eso en los sueños? Alguien te persigue, corres y permaneces en el mismo lugar, vuelas, y vaya a saber que otras formas tiene el inconciente de presentar los deseos disfrazados.

- La desnudes significa que la realidad te está sobrepasando, aunque también puede que estés viviendo una relación amorosa prohibida. Doy puntos a la primera opción, o ¿hay algo más que yo no sepa? ¿un chico tal vez? -

- Al, aunque la experta eres tú, no digas tonterías – pero a mi entender las dos podían ser correctas.

- Sobre el árbol no tengo ni idea, creo que me falté esa clase, ¿algo más? ¿Era de día o de noche? ¿Había estrellas, sol, luna? –

- No recuerdo bien, pero creo que era una noche con luna nueva comenté indecisa.

- Acá voy: la luna refleja que habrá cambios de todo tipo y muestra tu femineidad y el hecho de que sea nueva que debes empezar de nuevo. ¿Pero estabas sola o había alguien con vos? – Mierda ¿le revelaba que el ser más hermoso que había visto, me tenía en sus brazos cuando ella me despertó? No, eso era privado, además él es real.

- Estoy cansada mejor lo dejamos para otro día ¿Quieres? – expresé tapando mi boca con la mano para no hacer tan evidente el bostezo.

- Nos vemos luego Evan, dulces sueños –

Solo serán dulces si Abiel es parte de ellos.

domingo, 11 de octubre de 2009

Muchas gracias Yrex!!

Premio Pluma Mágica


Premio Manos Amigas


Premio Misterio

1- Cuentanos 3 secretos tuyos: De acuerdo con Yrex, los secretos no se cuentan.

2- Que secretos de libros te han llamado la atencion (minimo 5) La asesina de La casa torcida de AC


Premio Morganville


Dedicado a todas los/las que sueñan en vivir un amor peligroso, junto al hombre que te hace sentir los deseos mas ocultos y ser parte un mundo que jamas soñaste que existira. (esto es tuyo Yrex o venía con el premio wiii)

nombrar a el blog que me lo entregó: a vos Yrex besote

¿Quién es tu amante prohibido? ja, ja Dimitri Belikov. obvio, quién más...

¿Con qué vampiros o no vampiros te escaparías? nuevamente Dimitri, aunque Zero y Kaname no están nada mal, wiii.

domingo, 27 de septiembre de 2009

Cambios

Querid@s viejer@s:

Si, no hace falta que ni lo digan: me estoy tardando mucho en subir el capítulo y lo lamento, una serie de eventos desafortunados (como la peli) ayudó, pero no son excusas.

En estos días se me ocurrieron algunas cosas que quería comentarles:

1- Se que mi historia tiene muchos errores de ortografía (hago las correcciones pero desde hace unos años soy un desastre, tal vez por leer tantas historias mal escritas, no lo se) y como uno es lo que escribe (si Yrex leí el botón y eso me hizo pensar), LOS ERRORES REFLEJAN LA MUJER IMPERFECTA QUE SOY. Haré el esfuerzo de mejorar para que no sufran tanto cuando lean la historia.

2- La vida con el tiempo tiende a ser un poco rutinaria, y es por eso que les propongo un juego: HACER TODOS LOS DÍAS ALGO DIFERENTE, algo que la cordura no lo considere aceptable. Hay un lema de alguien muy cercano que dice: NO ESTOY LOCO, SOLO ME ATREVO A REALIZAR AQUELLAS COSAS QUE PARA ALGUNOS SON SOLO SUEÑOS y la verdad es que es mejor ser un loco feliz a un cuerdo amargado. Si quieren pueden contar en el Cbox que les parece la propuesta.

3- En la historia se habla mucho de dones, ahora bien, la pregunta es: ¿QUE DONES TIENE CADA UNO Y COMO LOS UTILIZA? (son dos preguntas en una, ja, ja trampa), con esto quiero decir, que todas las personas somos importantes y estamos destinadas a cumplir con un propósito. Algunos son más inteligentes, otros perseverantes, alegres, pero ninguno es mejor que otro.

Hace mucho que quería hacer esto y no me decidía, pero me cansé de vivir en la oscuridad del miedo. Tiemblen porque están ante una mujer decidida. Ok estoy loca y me alegra estarlo, no creo ser la única. Los locos somos muy fáciles de detectar: somos los que tenemos una sonrisa cuando vamos por la calle, en el subte o en el colectivo.

Besote grande y gracias por leerme...

NocturnE
PD: Queen_B y Alucard gracias por ayudarme.

viernes, 4 de septiembre de 2009

Capítulo 3


Cuando nuestros cuerpos se rozaron, el tiempo se congeló. Quedamos enlazados e inmóviles bajo el oscuro cielo estrellado. Igual que en nuestro anterior encuentro, un campo de fuerza se materializo haciendo que no pudiéramos separar nuestras miradas, cómo olvidar aquel angelical rostro. Esta vez su presencia se sentía más real, su piel era suave como la de un recién nacido y tan blanca como la luna, y el aroma a fruta fresca con notas de flores, madera y cuero que desprendía, hacía que mis hormonas se enloquecieran y mi cuerpo se tensara aún más si eso era posible. Comenzó a mover los labios como queriendo decir algo, pero no lo hizo. Con mucho esfuerzo me aparté unos centímetros de él y con una sonrisa un tanto tímida le dije:
- Gracias por salvar mi vida, estaré eternamente agradecida - no era sencillo hablarle a tanta belleza y aunque no me veía estaba segura que mis mejillas se habían ruborizado. Esperé a que respondiera, pero él no se movía, era como observar una escultura de Adonis por tanta perfección inmutable. Me acerqué lentamente haciendo que saliera del trance. Tomó mi rostro entre sus manos acercándolo dulcemente al de él. Estaba a centímetros de probar el dulce néctar de sus labios, ya podía sentir lo cálidos y húmedos que eran, cómo se amoldarían a los míos y nos besaríamos eternamente, pero un murmullo salió de ellos:
- Fue un placer princesita, pero también tú salvaste mi vida, así que estamos a mano - y se alejó divertido.
¿A caso estaba jugando conmigo? Yo y mi estúpida cara que reflejaba todo lo que pensaba, seguramente se habría dado cuenta de lo que me generaba. ¿Cómo se me puede haber ocurrido que tal vez le interesaba?, no soy fea, pero tampoco la Venus de Boticcelli. Además ¿cuándo salvé su vida?, desde luego que se estaba burlando de mí, y no era el único en el día que lo había hecho.
Comencé a caminar sin prestarle atención, la noche era muy bella y no merecía la pena dejar de admirarla tan sólo por sentirme ofendida por un desconocido, que aunque hacía parar mi corazón cada vez que lo veía, seguía siendo un desconocido al fin. Con cada paso que nos alejaba, el volumen de la música disminuía, se desintegraba el paisaje que nos rodeaba, y la pena me consumía, era el retorno de la oscuridad a mi alma lo que sentía. Como la noche anterior traté de detenerme pero no lo logré, y comencé a caer nuevamente al tenebroso vacío que me llevaba a la realidad.
No sentí desesperación, pero sí mucho pesar cuando desperté en mi habitación. Me revolví entre las sábanas, Alegra dormía en la cama contigua, mi ropa seguía dentro de las cajas, todo se encontraba igual, todo menos yo, estos sueños se estaban volviendo muy reales.
Miré el despertador que indicaba las 3:00 AM, ¡Mierda! todavía faltaba varias horas para el amanecer y estaba demasiado despierta como para poder dormirme. Intenté contar ovejas, pero luego de que saltaran la cerca unas veinte, el inconciente me traicionó con el rostro de mi ángel de ensueño. Estaba claro que lo debía sacar de mi cabeza lo antes posible, era sólo una ilusión creada por mi imaginación y se estaba adueñando de mí.
A través de la ventaba se mostraba una noche muy diferente a la del sueño, era oscura, silenciosa y triste. Una luna que apenas se vislumbraba reinaba en soledad, sin estrellas que la rodearan, sólo ella, tan parecida a mi que me daba escalofríos. Por el rabillo del ojo distinguí una sombra que se movía, algo no estaba bien, y mi cuerpo respondió inmediatamente con tensión, colocando todos los músculos en posición como esperando la señal adecuada para huir de ese peligroso lugar. Comencé a jadear, el corazón se contraía y relajaba tan rápido que asemejaba al de un colibrí, lo sabía, mi acechador me había encontrado y esta vez no me permitiría escapar.
¡Basta!, repetí para mis adentros mientras inflaba el pecho y apretaba los resecos labios de mi boca, ya no era la débil niña de antes, y aunque no los haya descubierto, tenía dones que me podrían ayudar a enfrentarme a ese psicópata que me vigilaba.
Salté de la cama hacia la ventana, y a través de ella al césped del jardín, bueno, eso sí que fue impresionante siendo que el ventanal estaba bastante alto y hacía casi un año que no realizaba actividad física. Exploré con la vista los alrededores tratando de encontrarme con aquél lunático, pero fue inútil, no había nadie, el estrés me estaba afectando de nuevo. Di media vuelta y volví a la habitación dispuesta a descansar las pocas horas que quedaban hasta el amanecer.
- Despiértate bella durmiente, o ¿esperas que el beso de algún príncipe lo haga? - hoooo si era la inconfundible voz de Alegra para comenzar el día. Menos de veinticuatro horas de mi nueva vida y ya estaba con mal humor.
- Buen día Al, ¿sería impropio si utilizaras un poquito de tu don en mi?, sólo por hoy ¡por favor! - le imploré mientras retiraba las mantas de mi cabeza. Y aunque reconozco que me estaba aprovechando de ella, necesitaba que la felicidad borrara el miedo y el nerviosismo que sentía. Los nuevos comienzos son duros y en verdad no tenía ganas de esforzarme en encajar.
- ¡Evan!, ni que lo digas, acá compartimos todo, ¿somos amigas o no? Vístete y baja a desayunar que te espera un día eterno con Gab - dijo mientras pasaba por mi lado saliendo del dormitorio y hacía que las mariposas volvieran a volar en mi interior.
Me levanté de un salto y de la única caja que estaba abierta, saqué una gastada camisa azul que me acompañaba desde hacía unos cuantos años y un roído sweater negro. Me los puse haciéndolos combinar con los jeans y las zapatillas del día anterior.
Aunque no me había tardado demasiado, ellos ya se habían ido. La paz reinaba en la casa, era como transitar las calles a medianoche en un día lluvioso, estaba tan tranquilo. Tomé una tostada de la mesa de la cocina y me dirigí a recorrer la casa en busca de Gabriel. Se que el desayuno es la comida más importante del día, que me provee de energía, y bla bla bla, pero mi apetito matutino nunca estaba presente, por lo que una tostada estaría bien. Hoy sería un día tan intenso como el anterior, nueva ciudad, nuevo colegio, nuevas responsabilidades, nuevas personas que indudablemente las tendría que conocer. No podía estar encerrada todo el día en el cuarto, y en realidad tampoco lo quería, la felicidad que Alegra me había transmitido, hacía que las cosas que antes me preocupaban se diluyeran en este nuevo sentimiento.
De pura fortuna vislumbré en la puerta del refrigerador una nota y ohh casualidad estaba dirigida a mí.

Querida Evan: lamento no estar contigo en este día, pero he tenido que realizar algunas diligencias relacionadas con tu protección. Nos vemos en la cena. Para lo que necesites León está a tu disposición, él te llevará al instituto, su número es: 156234596. Que tengas un buen día y tu ángel te acompañe. Besos, te quiere…
Gabriel

El día estaba resultando bastante bien por el momento, podría ordenar mis cosas, recorrer la casona, almorzar algo y contactar a León; pero era imperioso que comenzara inmediatamente o pasaría lo de siempre: dejaría todo a medias y llegaría tarde a mi deber. Todo transcurrió de acuerdo a lo planeado, había pizza en el frigorífico, León me pasaría a buscar a las 16.30 hs, y cuando quisiera darme cuenta terminaría el día tan tranquilamente como había empezado, bueno, recordando como había comenzado, mejor sería que no finalizara de la misma manera.
- ¡Evan! ¿en dónde estás? Evannn… - una voz masculina resonaba por el pasillo, por lo que me asomé y ansiosa respondí a su llamado:
- León no te esperaba tan temprano - cuando leí la nota me sorprendió que él fuera mi chofer asignado por Gab, y más aún que llegara a esta hora, todavía faltaba para que me recogiera.
- Hola Evan, espero no haberte asustado, pero llegué antes porque debo hacer algunos encargos y de otra forma no podría recogerte a tiempo. Así que si estás lista, salimos ahora y me acompañas, ¿te parece bien? - ¿me encontraba en un mundo paralelo? ¿León me estaba tratando amablemente? Era de no creerlo.
- Ya estoy lista, sólo debo buscar un abrigo para cuando salga – sí, el instituto terminaba en la noche, el horario era raro, pero teniendo en cuenta que el turno nocturno es para personas que trabajan y bueno… para casos como el mío, sonaba razonable.
Dimos varias vueltas en el auto, cada cierto tiempo estacionaba para hacer los recados y yo debía quedarme esperando. Conversamos de cosas banales, y me sorprendió la relajada atmósfera que se creó entre nosotros, él me hacía sentir que nada malo podía suceder, seguridad es la palabra mágica.
- Pequeña, creo que llegamos. Lo olvidaba, no podré venir a buscarte, espero que me sepas disculpar ¿recuerdas cómo volver? El camino no es peligroso - ¿no notaba que estaba bastante crecidita? ¡Hello! Tengo 19 años y se cuidarme sóla.
- No hay problema, además mi instinto me dice que la noche estará estupenda para caminar, y no te preocupes se ubicarme bien. Gracias por traerme - me despedí con un beso en la mejilla y salí rápidamente del auto, debía ir a la secretaría para presentarme y en pocos momentos darían comienzo las clases.
Se trataba de una típica edificación escolar, nueva y de bajo presupuesto, pero se notaba a simple vista que las personas encargadas de su mantenimiento se esforzaban para que estuviera en las mejores condiciones posibles.
La secretaria me informó las normas del lugar, cuáles serían mis asignaturas, y mientras nos dirigíamos al salón de clases me fue mostrando los diferentes sectores de la pequeña institución. No me lo esperaba, pero las horas transcurrieron rápidamente, los avioncitos de papel no volaron esa noche y seguramente ninguna otra, porque el único motivo de los que estábamos allí era el de aprender.
La noche era espléndida, perfecta para una larga caminada. Aunque la cálida temperatura no concordaba con la época del año en la que estábamos, una suave brisa acariciaba mi rostro y erizaba la piel de mis brazos, por lo que debí sacar el abrigo de mi bolso y colocármelo. Comencé a transitar las calles de la pequeña ciudad y de vez en cuando me tropezaba con algún luminoso escaparate, pero la mayoría del camino estaba desierto. Sólo faltaban unas pocas cuadras para llegar a mi destino y sentía que mis piernas todavía podrían soportar correr un maratón, porque el trayecto no había resultado tan agotador como esperaba. Mientras seguía en mi fantasía atiné a cruzar la calle, y lamentablemente todo transcurrió en cámara lenta permitiéndome distinguir hasta mínimos detalles, cuando un auto deportivo apareció repentinamente pasando muy cerca. Una delgada pelirroja con expresión arrogante que iba en el asiento de acompañante me llamó la atención, tal vez por la provocadora vestimenta que tenía o por la forma en que sensualmente acariciaba el rostro del joven que conducía. Los ojos azules del conductor se posaron en mí y al verme su rostro expresó desprecio. La sorpresa explotó, haciendo que me petrificara completamente, cuando reconocí el sublime rostro de la persona que hacía instantes casi me atropellaba. Desafortunadamente comprendí que mis sueños no eran tal, sino el producto de un inconciente vívido.